EL DISFRAZ DEL ZORRO
Contenidos
Introducción.
CUENTOS DE HALLOWEEN PARA NIÑOS DE PRIMARIA. Escondido en su madriguera vive un pequeño zorro al que le encanta disfrazarse en Halloween. ¿Quieres conocer su historia y descubrir cómo consiguió un disfraz para que nadie le reconociese?
Si te gustan los cuentos infantiles de Halloween seguro que disfrutarás leyendo nuestro cuento “Un esqueleto en el colegio.
Cuento. “El disfraz del zorro”
Había una vez un zorro al que le encantaba disfrazarse. Era un zorro muy divertido y, además, era vegetariano. Su plato favorito era el guiso de zanahorias, calabazas y manzanas.
Le gustaban mucho las chuches y, por eso, su fiesta favorita era la que se celebraba en la noche de Halloween.
– ¡Chuches y disfraces! – decía con ilusión.
Pero siempre acababa con pensamientos tristes – ¿Quién va a dejar que un zorro se pasee por las calles? Seguro que todos saldrían huyendo al verme –
El pequeño zorro decidió que no saldría de su madriguera en toda la noche y se quedó sentado en su confortable sofá con sus pensamientos tristes.
Mientras que tomaba una taza de té de menta, el pequeño zorro tuvo una gran idea – ¿Y si me disfrazo mucho, mucho para que nadie me reconozca? A ver, voy a necesitar algo para la cabeza, algo para tapar mis afiladas uñas, claro está, tendré que esconder la cola de zorro… –
El zorro empezó a dibujar su disfraz y, en seguida, tuvo algo perfecto – ¡Me disfrazaré de calabaza andante!
Salió de su madriguera y pronto encontró lo necesario: una calabaza, unos zapatos (- prestados claro, sería un lobo, no un ladrón-) unos guantes y un bonito camisón.
Y así salió de casa con ganas de gritar – ¡truco o trato! – a todo el que viera pasar.
Por el camino se encontró a unos niños y se unió a su grupillo.
Puerta por puerta fueron pidiendo chuches, hasta que llenaron las bolsas y las cestas.
El lobo estaba encantado, pero sucedió algo inesperado.
Todos los niños se sentaron y se quitaron sus caretas para poder comerse las piruletas.
Todos, menos la calabaza andante.
– Vamos amigo, ¿quieres que te ayudemos a quitarte eso? –
El zorro quería decirles que se comería sus chuches él solito en su madriguera para no asustarlos, pero claro está, él no sabía hablar, así que sólo se escuchó – ¡Auuuu! –
Los niños se quedaron mudos, hasta que uno de ellos dijo – Amigo, deberías haberte disfrazado de zorro, hay que ver lo bien que aúllas –
Les pareció tan divertido que todos los niños comenzaron a aullar, imitando al pequeño zorro.
Cuando acabó la fiesta todos hablaban perfectamente el idioma del zorro y se despidieron con gritos y cantos.
– ¡Auuuu! – decía uno.
– ¡Auuuu! – decían otros
El zorro ya se estaba alejando cuando alguien le agarró de la mano.
Era la niña más pequeña del grupillo que, susurrando, le dijo al oído – Zorro, el año que viene no te disfraces, porque tú eres impresionante –
Fue así como el pequeño zorro descubrió que los buenos amigos no se asustaban de sus aullidos.
Desde aquel día, en la fiesta de Halloween, se puede ver un grupillo de pequeños monstruos aullando y un zorro disfrutando.
FIN.
Autora. Beatriz de las Heras.
Preguntas sobre el cuento.
- ¿Qué cosas le gustaban al pequeño zorro?
- ¿Por qué se ponía triste el zorro al pensar en Halloween?
- ¿Qué pensó hacer al principio el zorro?
- ¿Qué comía el zorro?
- Ordena los acontecimientos:
- El zorro no sabía hablar y comenzó a aullar.
- El zorro hizo su propio disfraz.
- Los niños se quitaron la careta.
- El zorro hizo amigos que no se asustaban de su aspecto.
- Una niña pequeña habló con el zorro.
- ¿Qué descubrió el zorro al atreverse a ir a la fiesta de Halloween? Explica tú respuesta.