REFRANES ESPAÑOLES
Descubre una selección de los refranes españoles más conocidos con su significado y muchos ejemplos sobre su uso.
¿Qué vamos a encontrar en esta publicación?
- Definición de refrán.
- Ejemplos.
- Listado.
- Dichos populares y refranes. Diferencias.
1. Definición de refrán.
¿Cuántas veces habréis escuchado a vuestros padres o abuelos decir algún refrán?
Los refranes son expresiones que tienen por objeto enseñar o aconsejar. Transmiten un mensaje moral ante determinadas situaciones y suelen expresarse en rima.
2. Ejemplos de refranes.
Aunque en ocasiones puedan parecer consejos obsoletos y alejados de los tiempos presentes, estas enseñanzas siempre dan en el clavo y son más actuales de lo que podamos creer.
Un buen ejemplo podría ser el refrán que dice: Quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija.
Suele ocurrir que cuando un niño toma una decisión equivocada, y ya había sido advertido de que no le iba a salir bien, se escucha a un padre o abuelo decir: Ya te lo advertí, si es que más sabe el diablo por viejo, que por diablo.
Con esta expresión lo que se intenta transmitir al joven es que la experiencia vivida por los padres hace que ya sepamos de antemano que algo no va a salir bien. De hecho, aunque tus padres no te lo digan, puede que ellos vivieran algo parecido cuando eran jóvenes, por lo que saben muy bien de lo que están hablando.
En ocasiones, nos encontramos con algún refrán que podría utilizarse para una misma situación.
Sin embargo, haciendo uso de un refrán se dice que para todo tiene refranes el pueblo; el toque está en saberlos aplicar.
Estas expresiones llenas de sabiduría popular, de la que nuestros antepasados eran expertos, suelen hacer referencia al trabajo de campo o a otras costumbres antiguas.
El refrán popular es la moraleja que se extrae de alguna historia o incluso de fábulas que nos dan ejemplos morales y consejos sobre determinadas situaciones y acontecimientos.
3. Listado de refranes con su significado.
- Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar.
- Es peor el remedio que la enfermedad.
- Cada maestrillo tiene su librillo.
- Cuando el río suena, agua lleva.
- Ojos que no ven, corazón que no siente.
- Al que madruga Dios le ayuda.
- A la vejez, viruelas.
- El que mucho abarca, poco aprieta.
- No hay mal que por bien no venga.
- No tires piedras sobre tu propio tejado.
- Perro ladrador, poco mordedor.
- Muerto el perro, se acabó la rabia.
- Mas vale pajaro en mano, que ciento volando.
- A caballo regalado, no le mires el diente.
- Donde menos se piensa salta la liebre.
- Como el burro, tocaste la flauta por casualidad.
- Como el perro del hortelano, ni come, ni deja comer.
- Ande o no ande, burro grande.
- El ojo del amo engorda al caballo.
- El burro delante para que no se espante.
GRACIOSOS:
- Ande yo caliente y ríase la gente.
- A falta de pan buenas son tortas.
- En el país de los ciegos el tuerto es el rey.
- Eres más largo que un día sin pan.
- En trece y martes, ni te cases ni te embarques.
- Mal de muchos, consuelo de tontos.
- No tener pelos en la lengua.
- Como Pedro por su casa.
- A la vejez, viruelas.
- A caballo regalado, no le mires el diente.
- Cada loco con su tema.
- A palabras necias, oídos sordos.
- Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces.
- Nadie es profeta en su tierra.
- Dos no riñen si uno no quiere.
- Aprendiz de todo y oficial de nada.
- Cree el ladrón que todos son de su condición.
- El que mucho habla, mucho yerra.
- La letra con sangre entra.
- Mas vale malo conocido que bueno por conocer.
- Quien bien te quiere te hará llorar
- Dime con quién andas y te diré quién eres.
- Contigo pan y cebolla.
- Obras son amores y no buenas razones.
- Afortunado en el juego, desgraciado en amores.
- Hay que estar a las duras y a las maduras.
4. Dichos populares.
Los dichos son frases que se han formalizado en expresiones comúnmente usadas. Un ejemplo sería la expresión: “En casa de herrero, cuchillo de palo.”
Sin embargo, los refranes españoles son moralejas o enseñanzas que se obtienen de una historia, fábula o anécdota. Como ejemplo podemos citar la fábula del escritor Tomas Iriarte, “El burro flautista”, de la que se extrae el refrán: Como el burro, tocaste la flauta por casualidad.