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CUENTOS DE PIRATAS PARA INFANTIL
INTRODUCCIÓN
El pequeño Valentín construye un barco pirata en el jardín de su casa. Su hermana y él se convierten en valientes piratas que tendrán que luchar contra un gigante, escapar de una ballena y huir de una enorme gaviota. ¿Serán capaces estos dos piratas de vencer a tantos adversarios?
Si te gustan los cuentos de piratas para infantil te animamos a leer nuestro cuento: El capitan Carapiña y la isla de los pañales.
CUENTO. “Las aventuras del pirata Valentín”.
El sábado amaneció soleado y no se veía ninguna nube en el cielo.
Valentín terminó su desayuno, bajó de la silla de un salto y pidió permiso a mamá para ir a jugar al jardín.
Pero antes, subió a la buhardilla a por un palo, un volante de juguete escacharrado, unas cuantas cuerdas, un viejo trozo de tela y la bañera de plástico, que ya no utilizaba su hermana pequeña.
Cargado con todos esos trastos, bajo las escaleras con mucho cuidado.
Cuando llegó al jardín y consiguió soltar todo, se puso manos a la obra. – Esto lo ato por aquí, esto lo engancho por acá, sujeto la tela al palo y…parece que esto ya está… Mi barco pirata está preparado –
Cuando por fin se metió en su barco, se dio cuenta de que su hermana pequeña le estaba observando.
– Yo también quiero ser una pirata. ¿Puedo? Por favor, ¿puedo?
– Vale, pero tienes que obedecer al capitán, o sea a mí– exclamó Valentín.
– Sí, sí, mi capitán – contestó Valeria.
Mientras Valentín ayudaba a su hermana a subir al barco, escucharon un ruido muy extraño a lo lejos.
Valentín sacó el catalejo. – ¡Ballena a la vista! ¡Valeria, pon rumbo a aquella isla antes de ser devorados por ese monstruo! – ordenó.
Con el viento a su favor, el barco pirata navegó raudo y veloz hasta llegar a una isla misteriosa, que no aparecía en los mapas.
Los dos piratas bajaron del barco en silencio, pues no sabían qué fieras podían encontrarse, escondidas entre las palmeras.
Mientras caminaban por la isla, se tropezaron con unas enormes patas de pájaro. Los pequeños piratas alzaron la vista y casi se caen del susto al ver una gaviota gigante, que parecía vigilar aquel trozo de tierra, para que nadie pudiera entrar.
Con mucho cuidado, y en absoluto silencio, los piratas rodearon a la enorme ave y regresaron a su barco.
Acababan de levar el ancla, cuando el cielo se volvió gris y el mar comenzó a agitarse lanzando grandes olas contra el casco del barco.
Estaban atrapados entre la ballena, la gaviota y la fuerte tormenta y, por si aquello fuera poco, comenzaron a escuchar un ruido atronador. Parecían las zancadas de un gigante que cada vez se acercaba más y más a ellos.
– Lucharemos hasta el final – Dijo Valentín.
Y así, los dos piratas sacaron sus espadas y aguardaron escondidos para sorprender al gigante, y sin perder de vista a las otras fieras que les acechaban.
– Estoy muy mojada – dijo Valeria – ¡Achís!
El gigante, al escuchar el estornudo de la pequeña, se dirigió rápidamente hasta los dos pequeños y sin mediar palabra cogió a la pequeña pirata en brazos.
– Valentín, vamos, se acabó el juego, que está lloviendo –
¡Era mamá, que había llegado justo a tiempo para rescatarlos!
– Menos mal que has aparecido, mamá. Estábamos a punto de luchar contra un gigante, y una gaviota enorme nos tenía vigilados. Además, casi nos come una ballena …
– Pues me alegro de haberos encontrado antes que todas esas fieras. Ahora os toca un baño calentito.
Los pequeños piratas entraron en el agua. Ya estaban a salvo… ¿O tal vez no …?
¡Cuidado con ese pulpo, piratas, que la aventura no ha hecho más que empezar!
FIN