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Introducción.
¿A quien no le gustan los cuentos de piratas para niños?
Este cuento de la letra Ñ trata sobre el Capitan Carapiña y cómo ayuda a un niño a no tener miedo a quitarse el pañal.
Una divertida historia donde un pirata se topa con la maloliente isla de los pañales y decide ayudar a su propietario a deshacerse de ella.
Los cuentos para dejar el pañal harán que el momento de quitar el pañal nocturno sea algo más fácil y divertido.
Cuento. “El capitán Carapiña y la Isla de los pañales”
Entre las sábanas de la cama de Iñaqui, se esconde un pequeño mundo, con personas diminutas, pero con el mismo aspecto que puedes tener tú o cualquiera de tus amigos. En este mundo en miniatura, el Capitán Carapiña ha sido, es y será el más temido pirata de todos los tiempos.
Los habitantes del pequeño mundo cuentan que él solito venció al gigante y consiguió que quitase la Isla de los Pañales, un lugar maloliente y húmedo, que se interponía en los planes del capitán.
Dicen, que el Capitán Carapiña surcaba los mares con su impresionante barco pirata en busca de aventuras y tesoros, cuando se topó con aquella terrible Isla a la que no se acercaban ni las arañas.
Un día, el capitán Carapiña decidió hacer una visita al gigante que cada noche invadía su pequeño mundo, Iñaki.
– Tengo que hablar con ese gigante para que quite la maloliente Isla de Pañales que cada noche se interpone en mi camino. Tal vez, si comparto con él mi tesoro, decida ayudarme quitando su Isla – pensó Carapiña.
Carapiña se asomó al filo de la cama y escuchó a su gigante hablando con su madre.
– Vamos Iñaki, ya eres un niño mayor y tienes que aprender a dormir sin pañales. No tienes por qué sentir miedo, yo estaré en la habitación de al lado para acompañarte al baño cuando me lo pidas y así no te asustarás de la oscuridad – dijo mamá cariñosamente.
– No mamá, no soy tan mayor y seguro que me hago pipí encima y no me gusta nada estar mojado -insistió Iñaki con cara de asustado.
El capitán no entendía nada de lo que hablaban los dos gigantes, pero decidió esperar hasta que se marchara la gigante mamá, pues pensó que si surgían problemas sería más fácil defenderse de un solo gigante que de dos gigantes juntos.
Cuando la gigante mamá salió de la habitación, el capitán se acercó al gigante Iñaki.
Se arrimó a su gran oreja y gritó – ¡hola gigante Iñaki, soy Carapiña, el capitán que vive en tú cama! –
Pero Iñaki no parecía escucharlo.
Entonces sacó de su bolsillo un silbato y sopló con todas sus fuerzas para intentar llamar su atención.
Iñaki dio un salto asustado por el ruido. Tan grande fue el salto, que casi aplasta al capitán.
El pequeño gigante observo que algo se movía en su almohada, así que cogió su lupa y se acercó para ver mejor lo que era.
Entonces Carapiña sacó un altavoz para que el gigante le escuchase bien.
– No te asustes amigo. Soy el Capitán Carapiña que vengo a pedirte un favor.
– ¿Un favor? ¿a mí?.
– Si, a ti.
El capitán le explicó que vivía en su colchón, en su pequeño mundo, con otros pequeños habitantes. Él navegaba por los pliegues y arrugas de sus sábanas cada noche en busca de aventuras y tesoros, pero últimamente su pequeño mundo estaba un poco atufado por culpa de la Isla de los pañales…
– ¡Seguro que estoy soñando! – dijo en voz alta el gigante Iñaki.
El capitán se subió al dedo meñique del gigante y le pellizco para que entendiese que no era un sueño y que necesitaba su ayuda.
– ¡Qué daño! ¿por qué has hecho eso? – gritó el pequeño.
– Siento haberte pellizcado, pero quería demostrarte que esto no es un sueño. Mi pueblo y yo queremos saber si podrías hacer algo para ayudarnos con esa Isla.
– Verás, es que yo soy la Isla de Pañales. Me da miedo quitarme el pañal por si me hago pipí en la cama.-
Ya veo – dijo el capitán mientras se rascaba la barba. – Haremos una cosa. Te ayudaremos a no hacerte pipí, si tú nos ayudas con la Isla, que realmente nos tiene atufados.
Cada noche, te despertaré a una hora para que te acuerdes de ir al baño a hacer pipí.
– Pero me da miedo ir sólo al baño por las noches – dijo Iñaki un poco asustado.
– Bueno, encenderemos la luz del faro de mi pequeño mundo para que te alumbre el camino y así no tendrás porqué sentir miedo.
El capitán y el pequeño gigante, Iñaki, se dieron las manos, bueno, la uña y la mano, y desde aquel día, cada noche, Carapiña se acercaba a la almohada del niño y le avisaba de que era la hora de hacer pipí.
Una noche, el capitán se quedó dormido y se olvidó de despertar al gigante, y ¿sabéis lo que pasó? Pues no pasó nada, porque Iñaki había aprendido que, si tenía que ir al baño, debía levantarse, sin miedo, porque nada le podía ocurrir en el camino.
Y fue así, como el Capitán Carapiña venció, pero no al gran gigante, sino a la Isla de los malolientes pañales.
El Capitán siguió su camino, encontró su tesoro y, con la primera moneda de oro que sacó, hizo una medalla.
…una mañana, Iñaki recibió un regalo muy especial. Era una diminuta medalla de oro del tamaño de su uña. La guardó con gran orgullo. Había conseguido ganar a la Isla de los Pañales y nunca más volvería a sentirse mal.
FIN
Autora: Beatriz de las Heras García.
Ilustradora: Alba Pérez España.
Preguntas sobre el cuento.
- ¿Dónde vivía el capitán Carapiña?
- ¿Qué olía tan mal en el pequeño mundo del Capitán?
- ¿Crees que Iñaki es un gigante de verdad o es el capitán Carapiña quien lo piensa? Justifica tú respuesta.
- ¿Quién era el causante de que la Isla de los pañales estuviese en el pequeño mundo del capitán?
- ¿Por qué tenía miedo el gigante Iñaki?
- ¿Qué solución le da el capitán a Iñaki para que no tenga miedo a la oscuridad y no se haga pipí en la cama? Vuelve a leer esa parte del cuento para refrescarte la memoria.