CREATIVIDAD E IMAGINACIÓN EN LOS NIÑOS
Contenidos
Introducción.
La imaginación del niño es un valor que debemos siempre intentar fomentar.
El cuento que soñé es una bonita historia que busca despertar la creatividad e imaginación en los niños. ¿Has probado a escribir tus sueños? Descubre una preciosa forma de hacer que tus pensamientos se vuelvan realidad a través de la escritura y la lectura.
Cuento. “El cuento que soñé”
A Marina le encantaba soñar, soñar despierta. Para ella el mejor momento del día era cuando se metía en la cama y podía dar rienda suelta a su imaginación. A su mente venían millones de historias en las que ella siempre era el personaje protagonista.
– Marina tiene una imaginación increíble – decía orgullosa su mamá – Aunque a veces no sabe cuándo parar de soñar y le cuesta mucho concentrarse en otras cosas.- esta parte entristecía mucho a su madre.
Así era. Marina estaba en segundo curso y tenía 7 años. Aunque era una niña muy lista, a veces le costaba concentrarse en las cosas que le enseñaban en clase.
Lo más sorprendente era que detestaba leer y escribir. Le costaba horrores sentarse delante de un libro o escribir una redacción y, por eso, sus notas estaban empezando a empeorar.
Su mamá ya no sabía qué hacer para que Marina mostrase más interés por ciertas actividades. Pensaba que una niña con tanta imaginación debería disfrutar enormemente con la lectura, pues allí podía encontrar historias tan fascinantes como las que ella misma creaba en su mente.
Una mañana, la mamá de Marina recibió una postal que la puso muy contenta. Marina, llena de curiosidad, quiso saber qué es lo que le contaban en esa carta que fuera tan emocionante.
Su mamá le dijo que si estaba tan interesada podía leer la postal, pero la muy perezosa prefirió quedarse con la duda, antes que perder un minuto en leer.
Aquella tarde, mamá baño a Marina y la hizo ponerse guapa.
– ¿Dónde vamos mamá? – preguntó Marina.
– Si te hubieses esforzado en leer la postal ya lo sabrías – dijo su mamá.
A Marina no le gustaban las críticas, así que frunció el ceño y salió de casa convencida de que iba a pasar una tarde horrorosa.
Por el camino, la pequeña decidió dedicar un ratito a soñar con una aventura que había dejado a medias la noche anterior.
– Marina, Marina, que ya hemos llegado – susurró mamá.
La niña estaba tan metida en su aventura personal, que no se había dado cuenta de que ya habían aparcado el coche.
Su mamá le dio la mano para cruzar y al levantar la mirada, cuál fue su decepción cuando vio la entrada a una librería. Aunque lo cierto es que estaba muy bien decorada.
Había barcos piratas de cartón, una zona para jugar y pintar, olía a bizcocho recién hecho y al fondo se podían ver un montón de niños y niñas, sentados en el suelo con cara de estar disfrutando de lo lindo.
Bueno, puede que después de todo, esto no sea tan aburrido – pensó Marina.
Entonces, una mujer muy guapa y de aspecto amigable se acercó a la mamá de Marina y ambas se fundieron en un gran abrazo.
– Mira Marina, ¿recuerdas la postal que he recibido esta mañana? Pues era de mi gran amiga Ana. Hace años que no nos vemos y me ha escrito para decir me que venía a la ciudad a leer y firmar su último libro.
Marina se quedó pensativa. ¿A firmar su último libro?
– Ana – continuó su madre – tiene tanta imaginación como tú y con tus mismos años comenzó a escribir todo aquello que pasaba por su mente.
Se compró un cuaderno y cada noche escribía y escribía….
además le encantaba leer, porque decía que era el momento más emocionante del día, donde las palabras cobraban vida y podía seguir imaginando y soñando con personajes de cuento.
– Ven Marina – dijo Ana – ¿quieres acompañarme a leer el cuento para todos esos niños? Sólo leeré unas líneas, el resto lo va a representar un amigo, es un cuentacuentos. ¡Ya verás que divertido!
Ana colocó a Marina a su lado y comenzó a leer para su público, para todos aquellos niños que estaban ansiosos por ver y escuchar a su escritora favorita.
Era una experiencia nueva para Marina. Libros, cuentos, textos, letras, hasta ahora habían sido sus enemigos, pero de repente empezó a interesarle todo lo que aquella amable mujer estaba haciendo. ¡Ella misma escribía sus propios cuentos! Marina estaba fascinada….esa mujer escribía aquello que imaginaba y trabajaba haciendo lo que más le gustaba: “soñar”.
Además de pasar una tarde maravillosa, Marina se dio cuenta de que su pereza por leer libros era totalmente absurda. En ellos podía encontrar aventuras e historias fascinantes de personajes imaginarios, animales mitológicos o incluso conocer el universo y los astros. De pronto entendió que se estaba perdiendo tantas cosas por no querer leer…
Al día siguiente, Marina dio las gracias a su mamá por haberla llevado a aquel sitio y haberla presentado a su amiga escritora.
– Mamá, he decidido que de mayor quiero escribir cuentos, o historias sobre animales o….He cogido el cuaderno que me regaló la abuela y he empezado a escribir mi primer libro -.
– Me alegro mucho Marina, estoy muy contenta por ti. ¿Cómo lo vas a titular? – preguntó mamá.
– Lo he llamado “El cuento que soñé.”, y te lo he dedicado a ti mamá.
FIN
Autora: Beatriz de las Heras García
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