“La ovejita que vino a cenar” de Steve Smallman, ilustraciones de Joelle Dreidemy. (+3 años)
¡Como nos gustan los cuentos con lobo feroz y final feliz! No lo podemos evitar, este tipo de cuentos nos tienen hechizados.
Por eso, cuando mi hijo mediano vio una representación en el colegio sobre este magnífico álbum infantil, no tardamos ni un día en ir a comprarlo… ¡no pudimos resistirnos! Será por ese hechizo lobezno que os he comentado.
Un lobo con instintos de lobo, como cualquier otro, está en su acogedora casa preparando la cena. Como no tiene mucho que comer, se está cocinando una sopa de verduras para matar el hambre. Mientras cocina, se relame pensando en lo mucho que le apetecería zamparse un estofado de ovejita.
De pronto, alguien llama a la puerta de la casa del lobo y, ¡oh sorpresa!, al abrir, aparece una ovejita.
El lobo empieza a buscar una deliciosa receta para cocinar a la ovejita, pero antes tiene que hacer que deje de temblar de frío, pues odia la comida fría; también le da algo de comer, pues si se comiese a la ovejita hambrienta le podría dar una indigestión.
Así, el lobo atiende cortésmente a la ovejita pensando en que será un delicioso banquete. Sin embargo, poco a poco, con tantos cuidados, el lobo se encariña con la tierna ovejita y se le quita el apetito.
Para evitar comérsela, la echa de casa en medio de la fría y oscura noche. Pero pronto se da cuenta de que la ovejita puede perderse, congelarse o incluso ser devorada por algún depredador. Así que sale rápidamente en su busca, pero no consigue encontrarla.
Cuando el lobo regresa a su casa se encuentra con una gran sorpresa que le hará saborear la sopa de verduras con más ganas que nunca. Un final de cuento, para un cuento de ensueño.
SUGERENCIAS PARA DESPUÉS DE LEER: “La ovejita que vino a cenar”
Cocinamos verduras.
Este divertido cuento puede ayudarnos a introducir algunas verduras en el menú de nuestros pequeños.
Fijaos como el lobo empieza a disfrutar de la sopa de verduras por amor a la ovejita. Vamos a disfrutar de las hortalizas por amor a …
Hay recetas que nos enseñan a apreciar los sabores de hortalizas y verduras y que los niños podrán disfrutar si participan de su elaboración. ¿A qué niño no le gustan los pasteles? Aquí os dejamos algunas de nuestras recetas favoritas:
¡Nos convertiremos en lobos cocineros devoradores de frutas y hortalizas!
Las decisiones del lobo.
Los lobos son animales carnívoros, es decir, que se alimentan de carne. Cuando el lobo de nuestro cuento vio a la ovejita ¿Qué creéis que pensó? ¿Qué decisión tomo? ¿Se comió a la ovejita?
A veces tomamos decisiones rápidas de las que después nos arrepentimos. Os invito a descubrir el experimento de los marshmallow que muestra la importancia del autocontrol y de ser capaces de posponer las recompensas.
Enseñando a los niños métodos de autocontrol, les estamos ayudando a mejorar su toma de decisiones.
Una actividad que divierte mucho a los peques es el cuadro de recompensas. Se trata de pizarras donde podemos marcar objetivos/tareas del hogar o escolares/conductas que queramos que el niño sea capaz de realizar de manera autónoma y responsable. Cada vez que lo consiga se pegará una estrella en ese día. Si el objetivo es que lo haga al menos 4 días a la semana, al finalizar la misma se observará el cuadro para ver si lo ha conseguido. Las recompensas no tienen porque ser regalos. Se pueden establecer recompensas como: ver una película en familia, jugar a un determinado juego, salir a hacer una excursión, adquirir un libro muy especial, etc.
Retrasar la recompensa o fijar objetivos mediante sistemas de recompensas puede ayudar a trabajar el autocontrol en los niños. Hay pizarras de recompensas que podéis adquirir aquí o realizar vuestra propia pizarra casera. Cualquier opción es válida.