CUENTO DE LA RATITA PRESUMIDA
Contenidos
Introducción.
LA RATITA PRESUMIDA CUENTO INFANTIL. ¿Os gusta leer cuentos infantiles con vuestros hijos o alumnos? El cuento infantil de La Ratita Presumida se encuentra entre las obras de Fernán Caballero.
Cuentos y Recetas os trae esta preciosa adaptación, de la mano de Beatriz de las Heras, para el disfrute de nuestros pequeños lectores.
Si os gustan los cuentos populares, podrás disfrutar leyendo con las adaptaciones que os ofrecemos en CuentosyRecetas:
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Cuento. “La ratita presumida”
Érase una vez una ratita muy trabajadora y cuidadosa con las cosas del hogar.
A la ratita presumida le encantaba tener su casa limpia y muy cuidada. Cada mañana limpiaba la puerta de su casa hasta que no quedaba rastro de hojas o de pelusa.
Además, disfrutaba poniendo flores en las ventanas y cortando delicados ramos de flores silvestres para decorar la mesa de su comedor.
Era una ratita muy coqueta y siempre le gustaba estar arreglada, incluso cuando estaba en casa.
Una mañana, mientras limpiaba la puerta de su casa, la ratita, encontró una moneda de oro.
– ¡Qué suerte! Sé exactamente en qué voy a gastar esta moneda – Pensó la ratita con gran ilusión –
Como la ratita era muy presumida, se fue directamente a comprar una cinta de seda roja y se hizo un bonito lazo en su larga colita – ¡Qué bien me queda! ¡Cómo realza mi magnifica colita!
Todos los animales se quedaron sorprendidos de lo guapa que estaba la ratita y ella, que era muy presumida, se dio cuenta de lo mucho que la miraban, así que decidió sentarse en la entrada de su casa para que todo el mundo pudiera admirarla.
Al verla allí, el gallo se acercó con su aire elegante y estirado.
– Ratita, Ratita, qué guapa estás hoy – dijo el gallo – ¿Quieres casarte conmigo?
La ratita pensó – Bueno, es bastante guapo y elegante – y le preguntó – ¿Y que harás por las noches?
– Pues te cantaré quiquiriquí –
– ¡Uy, no, no, no, qué horror! Con tanto ruido no podré dormir. No me casaré contigo
Y el gallo se marchó algo triste.
Poco después apareció el burro y al verla tan preciosa le preguntó – Ratita, Ratita ¿te quieres casar conmigo?
La ratita le preguntó – ¿Y que harás por las noches? –
– ¡Hi-aa, hi-OO! – contestó el burro.
– ¡Uy, uy, qué ruido tan horroroso! Lo siento mucho, pero no puedo casarme contigo – dijo la ratita presumida.
Y el burro siguió su camino algo más triste.
Entonces llegó el cerdo, que se paró frente a la casa de la ratita y dijo – Buenos días Ratita preciosa, ese lazo rojo te sienta de maravilla ¿quieres casarte conmigo?
– Bueno, vamos a ver ¿qué harás por las noches? – preguntó la ratita presumida.
– ¡Oinc, oinc! – dijo el cerdo.
– ¡Uf, que ruido tan fuerte! No, no puedo casarme contigo. – Contestó.
Y así fueron pasando animales y todos ellos fueron rechazados.
Incluso el amable ratón, que siempre había estado enamorado de la ratita fue rechazado por su aspecto endeble. – Lo siento mucho ratón, pero eres poca cosa para una ratita como yo – le contestó.
Cuando el pobre ratón se hubo marchado con el corazón roto, apareció el gato.
Un galán al que ninguna señorita se le resistía, con su pelo suave y blanco, y con su voz profunda le dijo – Ratita, Ratita, llevo un rato observándote y estoy seguro de que serías una esposa perfecta para mí –
La ratita, asombrada por la belleza del gato le dijo – ¿y qué harás por las noches? –
A lo que el astuto gato contestó – Nada, sólo dormiré y pensaré en ti –
La ratita quedó prendada del gato y le dijo – Si, por supuesto que me casaré contigo. Ven, siéntate aquí que te voy a traer un poco de pastel que acabo de preparar.
El gato se acercó a la ratita y cuando esta se giró para entrar a por el pastel, se abalanzó sobre ella para intentar comérsela.
La ratita grito tanto, que el ratón pudo escucharla y corrió en su ayuda. Con un palo enorme golpeo al malvado felino hasta que este se marchó.
Fue así, como la Ratita Presumida se dio cuenta de lo mucho que la quería el Ratón y se enamoró de él y vivieron felices el resto de sus días.
FIN
La ratida presumisa es una obra de Fernán Caballero
Obra adaptada por Beatriz de las Heras
Preguntas sobre el cuento.
1. ¿Qué hacía cada mañana la ratita presumida?
2. Marca con un círculo los adjetivos que definen a la ratita.
a. Fea
b. Trabajadora.
c. Presumida.
d. Cuidadosa.
e. Desordenada.
f. Coqueta.
g. Deportista.
3. ¿Qué encontró en el suelo, mientras limpiaba?
4. ¿Qué se compró la ratita presumida? Descríbelo con todo lujo de detalles.
5. ¿Qué pregunta les hacía la ratita presumida a sus pretendientes?
6. ¿Por qué rechazó la ratita presumida al ratón?
7. ¿Qué hizo el gato cuando la ratita presumida le aceptó en matrimonio?
8. ¿Qué moraleja extraes de este cuento de la ratita presumida?
Para buscar en Internet (Pide ayuda a un adulto)
1. Busca en internet imágenes de este cuento de la ratita presumida. Imprime las que más te gusten y prepara tu propia historia de la ratita presumida.
2. Puedes elaborar una especie de cómic con las ilustraciones que has imprimido.
3. También puedes comprar una cinta roja o preparar un lazo rojo con papel crepe de ese color, para que tu cómic tenga imágenes en relieve.
4. Al final del cómic puedes hablar de lo que piensas sobre cómo se portaron los siguientes personajes:
a. La Ratita. ¿Crees que se fijó en el gato por su belleza? ¿Crees que trató bien al Ratón?
b. El Gato ¿Crees que engañó a la Ratita presumida para casarse con ella? ¿Cómo se portó el gato con la ratita?
c. El Ratón. Al ser un animal pequeño y no tan galán como el gato fue rechazado por la ratita. ¿Cómo habrías actuado tú?
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