El flautista de Hamelin

 

El flautista de hamelin cuento infantil

EL FLAUTISTA DE HAMELIN CUENTO INFANTIL

Contenidos

Introducción.

EL FLAUTISTA DE HAMELIN. ¿Os gusta leer cuentos infantiles con vuestros hijos o alumnos?  Beatriz de las Heras os ha preparado una adaptación de este precioso cuento popular para niños.

El flautista de Hamelin narra la historia de un pueblo que fue invadido por ratones. Un sencillo flautista acude al pueblo para ayudar a sus habitantes a eliminar la plaga, pero se encuentra con un problema mucho mayor: la codicia de sus habitantes.

Este relato ha pasado de boca en boca, a lo largo del tiempo y hoy podéis leer esta adaptación que hemos preparado del cuento de los Hermanos Grimm.

Si te gustan los cuentos clásicos seguro que disfrutarás con nuestra colección:

Cuento. “El flautista de Hamelin”en vídeo (Suscríbete a nuestro canal)

Cuento. “El flautista de Hamelin”

Hace ya mucho tiempo, en un pueblo llamado Hamelin, todos los habitantes disfrutaban de sus magníficas cosechas y del buen pasto que alimentaba a su ganado.

La vida en Hamelin era maravillosa y todos tenían suficientes ganancias como para no pasar penurias.

Una mañana como otra cualquiera, comenzaron a llegar cientos de ratones al pueblo. Estos diminutos animales se colaban por los graneros y las despensas, por lo que todos los habitantes comenzaron a tener miedo de perder sus posesiones.

El flautista de hamelin

 

Todo el mundo fue a quejarse al gobernador – ¡Nos quedaremos sin nada! – decían unos.

– ¿Cómo vamos a alimentar a nuestros hijos? – gritaban otros.

El gobernador decidió ofrecer cien monedas de oro a cualquiera que los ayudase a acabar con la plaga de ratones.

Ese mismo día, apareció por el pueblo un hombre sencillo que llevaba una flauta entre las manos. Fue directo al gobernador y le dijo – yo los ayudaré a deshacerse de esta plaga – y sin mediar más palabras, comenzó a tocar una dulce melodía con su flauta.

Pronto, todos los ratones salieron de sus escondites y se dirigieron a la plaza del pueblo, donde el flautista tocaba su melodía.

Cuando el flautista comenzó a andar, los ratones lo siguieron al compás de la música.

Y así fue como el flautista se llevó los ratones y los apartó del pueblo.

Flautista de hamelin cuento corto

 

Hamelin volvía a ser un pueblo libre y feliz. Todo el mundo comenzó a preparar ricas comidas para celebrarlo, mientras los niños jugaban tranquilos por las calles.

Fue entonces cuando el flautista regresó al pueblo para cobrar sus cien monedas de oro.

Al verlo, el gobernador, le dio las gracias, pero le dijo – No pienso pagarte cien monedas de oro sólo por tocar la flauta. Márchate con tu música a otra parte – y le cerró la puerta en la cara, mientras algunos habitantes repetían las palabras del gobernador – ¡Aquí no pagamos por tocar la flauta! –

El flautista pensó – Este pueblo es muy desagradecido y les voy a dar una lección. – Entonces, sacó su flauta y comenzó a tocar una melodía aún más bella que la que la utilizada para ahuyentar a los ratones.

Esa preciosa música hizo que todos los niños que jugaban por la calle comenzasen a seguir al flautista, sin que ningún adulto se percatase de lo que sucedía, pues estaban demasiado ocupados preparando la fiesta por haberse librado de los ratones.

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Entonces, alguien comenzó a gritar – ¡Los niños, los niños! ¡El flautista se lleva a los niños! –

Cuento del flautista de Hamelin

Pero ya era demasiado tarde y enseguida los niños desaparecieron tras la colina, hipnotizados por la música del flautista.

El gobernador entendió que su avaricia había hecho que el flautista se enfadase y se fue, junto a todos los habitantes de Hamelin, en busca de sus amados niños.

Tras unas horas de búsqueda, encontraron al flautista sentado junto a unas rocas.

– Por favor señor, acepte nuestras disculpas y tome su merecido dinero por habernos liberado de los ratones. Hemos sido muy desagradecidos y egoístas al no valorar su buen hacer – dijeron los habitantes del pueblo.

– Devuélvanos a nuestros niños señor, ellos no tienen culpa de nada – dijo una mujer.

El flautista aceptó sus disculpas y comenzó a tocar la melodía. En un santiamén, todos los niños aparecieron de entre los árboles y las familias se abrazaron y sonrieron de alegría por haberlos recuperado.

Y así fue como el pueblo de Hamelin aprendió una gran lección y nunca más fueron codiciosos.

¿Pero qué fue del flautista? Continuó su camino en busca de otros lugares donde poder ayudar.

 

Y Colorín, colorado, este cuento se ha acabado.

FIN

Adaptación de Beatriz de las Heras García

Preguntas sobre el cuento.

  1. ¿Cómo se llama el pueblo de esta historia?
  2. ¿Cómo era la vida en el pueblo?
  3. ¿Qué animales invadieron el pueblo?
  4. ¿De qué tenían miedo los habitantes?
  5. ¿A quién acudieron los habitantes para quejarse?
  6. ¿Cuántas monedas de oro ofrecieron para solucionar el problema?
  7. ¿Quién vino a ayudarlos? Y ¿qué hizo para resolver el problema?
  8. ¿Por qué se llevó el flautista a los niños?
  9. ¿Cómo recuperaron los habitantes de Hamelin a sus hijos?
  10. Ordena los siguientes hechos.
    1. El gobernador ofreció cien monedas de oro.
    2. Una plaga de ratones entró en el pueblo.
    3. En Hamelin todos vivían felices con sus cultivos y su ganado.
    4. Los niños regresaron junto a sus familias.
    5. El flautista los liberó de la plaga de ratones.
    6. El pueblo de Hamelin se disculpó y pagó lo prometido al flautista.
    7. Los niños siguieron al flautista.

Actividades sobre el cuento.

  1. ¿Sabías que esta historia esta basada en una serie de hechos reales que ocurrieron en Hamelin?
  2. Investiga en internet (con ayuda de un adulto) la historia en la que se basa este cuento de los Hermanos Grimm. ¿Puedes localizar el país donde se encuentra el pueblo de Hamelin?
  3. Teniendo en cuenta el cuento que has leído, podrías escribir una MORALEJA con rima para finalizar esta historia.
  4. ¿Qué acciones has vivido en tu vida donde se podría aplicar esta moraleja?

Os dejamos un ejemplo. Un día vi una anciana que intentaba cruzar la calle. Mientras la ayudaba ella no paraba de decirme que me iba a dar una piruleta. Tras cruzar la calle, ella empezó a insultarme. Esta señora me utilizó y cuando consiguió lo que quería fue muy grosera y desagradecida.

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