CUENTO DE HANSEL Y GRETEL
Contenidos
Introducción.
¿Te gusta leer cuentos infantiles con vuestros hijos o alumnos? Este cuento de Hansel y Gretel es una versión adaptada del cuento original de los Hermanos Grimm.
Me acaba de venir a la memoria una historia que me contaron hace ya mucho tiempo. Es un cuento sobre unos niños llamados Hansel y Gretel y la casita de chocolate.
Lo que no recuerdo es si era cierta o inventada, aunque no creo que eso importe, ¿no os parece?
Si te gustan los cuentos populares, podrás disfrutar leyendo con las adaptaciones que os ofrecemos en CuentosyRecetas:
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Cuento. “Hansel y Gretel”.
Pues veréis, hace más de mil años vivía una familia muy, pero que muy pobre: El padre y sus dos hijos, Hansel y Gretel, y la egoísta madrastra, que no veía el momento de echar a los dos pequeños de la casa.
En esa época, la miseria y la falta de comida se habían apoderado de la ciudad y la familia, que vivía cerca del bosque, también estaba pasando por un mal momento.
– Sin dinero, sin comida… no sé qué podemos hacer, – refunfuñaba la madrastra.
– Mujer, saldré a cortar leña y seguro que salimos de esta, – contestó el hombre.
-Es imposible. No podemos salir adelante los cuatro. Hay que echar a los niños de casa; de lo contrario moriremos los cuatro de hambre.
– Eso ni pensarlo, ¿cómo vamos a dejar a los niños abandonados? – insistió el padre.
Mientras los padres discutían en la habitación, Hansel y Gretel escuchaban desde su cuarto.
La pequeña Gretel lloraba desconsolada. Pero Hansel tuvo una idea. Salió sigiloso de la casa y cogió muchas piedras, que escondió en el bolsillo de su abrigo.
A la mañana siguiente, la madrastra cogió a los niños y los llevó al bosque. Encendió un fuego y les dio un pedazo de pan a cada uno.
– Quedaos aquí mientras vuestro padre y yo vamos a trabajar, – les dijo la madrastra.
Los niños obedecieron, pero al caer la noche se dieron cuenta de que nadie los iba a recoger.
Entonces Hansel se levantó y le dijo a su hermana – tranquila Gretel, he dejado caer unas piedras al venir para que encontremos el camino de vuelta –
Y así, los pequeños regresaron a casa, sanos y salvos.
El padre estaba tan contento de verlos, que no pudo contener las lágrimas.
Pasó largo tiempo y la falta de trabajo y de dinero se volvió insoportable. Entonces, la madrastra volvió a increpar al padre para que abandonasen a los niños en el bosque. Por supuesto, el padre no quiso seguir hablando del tema.
Hansel y Gretel escucharon la discusión y Hansel se levantó de la cama para recoger más piedras, por si volvían a llevarlos al bosque.
Pero en esta ocasión, la malvada mujer había cerrado la habitación para que el niño no pudiese recoger piedras.
A la mañana siguiente, Hansel cogió un trozo de pan y lo desmigajó en el bolsillo de su abrigo.
Entonces, la madrastra volvió a llevarlos al bosque, aunque en esta ocasión fueron mucho más lejos. De nuevo, encendió un fuego y les dio un pedazo de pan a cada uno.
– Quedaos aquí mientras vuestro padre y yo vamos a trabajar. – les dijo la madrastra.
Los niños obedecieron y, al caer la noche, entendieron que de nuevo la madrastra los había abandonado en el bosque.
Entonces, Hansel le dijo a su hermana – no te preocupes hermanita, he ido dejando un rastro de migas de pan por el camino para que podamos volver a casa –
Pero cuando los pequeños intentaron buscar las migas de pan, se dieron cuenta de que los pájaros se las habían comido.
Tristes y solos, los pequeños comenzaron a caminar intentado encontrar algo que les pareciera familiar para llegar a su hogar. Sus esfuerzos no sirvieron de nada y, al amanecer, cayeron rendidos junto a un árbol.
Cuando despertaron, pudieron ver, entre los árboles, una casita. Se acercaron para pedir ayuda y cuál fue su sorpresa, cuando se dieron cuenta de que la casita estaba hecha de chocolate, mazapán, azúcar y todos los dulces que podían imaginar.
Los hermanitos comenzaron a comer sin pensar en quien podía vivir en aquel dulce lugar. Tenían tanta hambre que no podían pensar en nada más.
De repente, una anciana mujer, de voz dulce y aspecto endeble, salió de la casa y los invitó a tomar unos pasteles y un poco de leche.
Los niños sintieron que al fin estaban a salvo.
La anciana los acostó en una limpia y cálida cama y los pequeños durmieron tranquilos.
Pero al amanecer, cuando todo estaba en calma, la anciana agarró del brazo a Hansel y le encerró en una jaula.
Agarró a la niña y le dijo, tú me ayudarás a dar de comer a tú hermano hasta que esté bien gordito y, entonces, me lo comeré guisado.
La niña estaba muy asustada y sólo podía obedecer a la vieja bruja.
La bruja, que andaba mal de la vista, pedía a Hansel que cada día sacase un dedo para ver si había engordado. El niño, había cogido un hueso de las comidas que le servían y lo hacía pasar por su dedo.
La malvada anciana no entendía como podía seguir tan delgado con la cantidad de comida que le estaba dando.
Harta de esperar a que el niño engordase, un día, decidió que se comería a los dos hermanos, para compensar la delgadez de ambos.
Hizo a la niña que encendiera el fuego para el caldero y que avivase el calor del horno para el pan.
Pero Gretel temió que lo que iba a suceder era que la vieja se los iba a comer.
Cuando la bruja le dijo – niña, abre la puerta del horno y comprueba si hay suficiente calor –, la pequeña se hizo la despistada – Pero señora, yo no tengo fuerza para abrir esta gran puerta–
La bruja, que ya estaba harta de tanta torpeza, se acercó al horno y lo abrió por sí misma.
Fue en ese momento de despiste, cuando Gretel empujo a la bruja dentro del horno y cerró la puerta para que no pudiera salir de ahí.
Corrió junto a su hermano para decirle que había acabado con la malvada bruja y los pequeños se abrazaron de alegría.
Volvieron a la casa para coger algo de comer e intentar regresar a su casa. Fue entonces cuando encontraron piedras preciosas y joyas escondidas en los cajones de la casa de la anciana. Se llenaron los bolsillos de aquellos tesoros, cogieron unos trozos de pan y huyeron de aquel lugar.
Caminaron todo el día, hasta que Hansel vio algo que le resultó familiar – ya estamos a salvo hermanita, he recordado el camino de vuelta a casa –
Los pequeños llegaron a su casa, donde su padre los recibió con gran alegría y amor, pues la malvada madrastra, a la que el padre había echado de casa, los había llevado al bosque sin su consentimiento.
Entonces, los niños comenzaron a sacar todas las piedras preciosas que traían guardadas en los bolsillos. Los tres rieron y se abrazaron muy felices por haber vuelto a reunir a su pequeña familia.
Hansel, Gretel y su papá nunca más se separaron y no volvieron a pasar calamidades, gracias a los tesoros que habían encontrado en la casa de la malvada bruja.
Y fueron muy, muy felices y comieron…todo lo que se les antojó.
FIN
Cuento de los Hermanos Grimm
Adaptado por Beatriz de las Heras
Ilustraciones: Alba Perez España
Preguntas sobre el cuento.
- ¿Qué situación económica tenía la familia de este cuento?
- ¿Cómo era la situación general de la época en la que se relata esta historia?
- ¿Cómo quería resolver los problemas de falta de dinero y comida, la madrastra?
- ¿tenía el apoyo del padre de los niños?
- ¿Qué cogió Hansel para recordar el camino en las dos ocasiones que la madrastra los llevó al bosque?
- ¿Por qué no pudieron encontrar el camino de regreso la segunda vez?
- ¿Cómo era la primera impresión de la bruja?
- ¿De qué estaba hecha la casita de la bruja?
- ¿Cuáles eran sus intenciones reales?
- ¿Qué enseñaba Hansel a la bruja para simular que seguía muy delgado?
- ¿Cómo acaban con la bruja los dos hermanos?
- ¿Qué encuentran en la casa de la bruja antes de marcharse?
Para buscar en Internet (Pide ayuda a un amigo)
- Busca la definición de diálogo.
- ¿En qué partes de este cuento puedes encontrar diálogos?
- Cuando la madrastra indica a los niños que deben quedarse en el bosque ¿se trata de un diálogo?
- ¿Qué tipo de comunicación puede ser un diálogo?
- Verbal.
- Escrita.
- Verbal y escrita.
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